A los londinenses les encanta hablar del tiempo, y no es para menos: llueve a menudo y en un solo día parece que se pueden vivir todas las estaciones del año. El día puede empezar con cuatro gotas por la mañana y, por la tarde, quizá se necesitan las gafas de sol. Recientemente, se han publicado noticias advirtiendo que este podría ser el verano más lluvioso desde 1912, pero muchos cuestionan la precisión de estas predicciones. Sea como sea, Londres, acostumbrada a estos caprichos meteorológicos, no se detiene nunca. Y si le toca un día de lluvia, hay muchas alternativas para disfrutar de la capital británica a cubierto más allá de aprovechar para adentrarse en alguno de sus imprescindibles museos. Aquí van algunas pistas.
Disfrutar de un buen brunch
Sumergirse en la cultura del brunch es casi una religión en Londres, y cuando la lluvia acaricia sus calles no hay mejor momento para disfrutar de la atmósfera cosy de los locales más bonitos de la ciudad, porque si hay algo aquí es buen gusto. Desde el elegante ambiente del Wolfox Savoy, cerca de Covent Garden, hasta el ambiente coqueto de Tomtom Coffee House, en el céntrico barrio de Belgravia, cada rincón ofrece una experiencia distinta. ¿Qué tal deleitarse con flat white, un porride o unos huevos preparados de todas las formas posibles en The Elder Press Cafe, en Hammersmith? Otras opciones a tener en cuenta: los apetitosos Farmacy London y Farm Girl, en Notting Hill.
Visitar un mercado cubierto
Covent Garden, donde desde 1656 se celebra algún tipo de mercado, es buen un refugio los días de lluvia, con un gran espacio cubierto y muchas tiendas de moda o belleza, de marcas independientes y también firmas conocidas de todo el mundo, desde Tiffany & Co pasando por Mulberry o Tom Ford. Tampoco faltan puestos donde comer algo. Aquí se puede descubrir algo nuevo en cada visita.
El Borough Market, con 1.000 años de historia (según presumen), es también una opción atractiva. Ubicado cerca del emblemático puente de Londres, este mercado es tan grande que es recomendable planificar la visita con antelación. Aquí se encuentra una impresionante variedad que incluye restaurantes y puestos de street food con opciones de todo tipo, desde los rollos de salchicha en The Ginger Pig, los deliciosos sándwiches de queso de Kappacasein Dairy o los virales vasitos de fresas cubiertas de chocolate que se venden en el puestecito de Turnips.
Conocer los quesos ingleses
The Cheese Bar ha revolucionado la escena del queso inglés, dándole el protagonismo que merece en Londres. Se enorgullecen de ser la única cadena de restaurantes completamente dedicada al queso en la capital británica. Su restaurante principal está en el corazón del mercado de Camden Town, y otros dos conceptos divertidos son su cinta transportadora de quesos en Seven Dials, cerca de Covent Garden, y una quesería de dos plantas en un barco atracado en el Regent’s Canal. Todos sus platos están elaborados con ingredientes de origen local, y cada uno contiene, al menos, uno de sus quesos británicos, como el cheddar o el stilton.
Para los amantes del queso, London Cheesemongers es una pequeña tienda en el barrio de Chelsea que cuenta con una rotación de 50 quesos y acompañamientos que varían todas las temporadas (le dejarán probar unos pocos).
Rastrear en una ‘book shop’
En los días de lluvia no todo va a ser comer. Las book shops de Londres son otro buen refugio para buscar algún tesoro. Maison Assouline, abierta en 2014 en Piccadilly, es una de las más conocidas, con volúmenes que son verdaderas obras de arte y se han convertido en objetos de decoración, seguramente habrás visto alguna de sus portadas coloridas que abordan temas de estilo de vida, moda y viajes. En la tienda también se pueden comprar regalos, como velas aromáticas y papelería contemporánea, o sentarse a tomar algo en la cafetería.
En Piccadilly también se encuentra Hatchards, la librería, presumen, más antigua de la ciudad. Fue fundada en 1797 por John Hatchard, editor y activista contra la esclavitud. Ofrecen desde preciadas ediciones limitadas a los últimos best sellers. La reina Carlota, esposa ed Jorge III, fue una de sus primeras clientas. Su relación con a familia real británica se mantiene desde entonces, y por eso han sido distinguidos con dos Royal Warrants.
De ‘pub’ en ‘pub’
La cultura del pub es una parte integral de la vida social de los londinenses. Estos locales son mucho más que un lugar donde tomar una lager, es donde se reúnen para compartir el final del día con amigos. Conocer al menos uno de ellos es una visita obligada. Son fácilmente reconocibles por sus muebles de madera oscura y su decoración tradicional.
Algunos que nunca depecionan son: The Windsor Castle, The Churchill Arms y The Elephant and Castle, en el barrio de Kensington; The Holly Bush y The Old White Bear, en Hampstead. Si es domingo, no se olvide de pedir el sunday roast, el plato sagrado de este día que consiste en carne jugosa asada con patatas, verduras, Yorkshire pudding (una masa horneada en forma de cuenco), salsa y condimentos.
Jugar a dardos
Los dardos son un pasatiempo muy popular en el Reino Unido, los amigos se reúnen en los bares donde tienen uno de estos tableros para pasar una noche entretenida. El bar de dardos y restaurante Oche The Strand es uno de los más populares, donde han llevado la experiencia del juego a otro nivel al equiparse con tecnología. Una pantalla interactiva ofrece puntuación automática y reglas claras para cada juego, todo mientras se disfruta de un picoteo inspirado en la gastronomía callejera de todo el mundo y una carta de bebidas para brindar por el ganador.
Un cine ‘cosy’
Electric Cinema, en Notting Hill, es uno de los cines más antiguos de Londres, posiblemente el más bonito y más romántico. Es propiedad del club privado Soho House, el grupo lo ha restaurado con sillones comodísimos, reposapiés, y servicio de camareros que entregan cócteles a tu asiento. Es posible ir al cine tanto si se es socio como si no. Está en Portobello Road, una de las calles más famosas de todo Londres.
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